A mediados del siglo pasado, la minería resurge en la comarca: hierro, plomo cobre y zinc son algunos de los minerales que se extraían. Actualmente son cuatro las minas que se pueden visitar en el concejo de San Martín de Oscos. En un recorrido de 36 kilómetros y con un tiempo estimado de 4 horas puedes visitar las siguientes minas:
Se accede a la misma desde la carretera AS-11 que une Vegadeo con la Garganta. A la altura de esta población, un desvío con dirección a Illano nos conduce a través de un paisaje plagado de modernos molinos de viento hasta al carretera que va a Arruñada. A 1 km de este último desvío venos cartel que nos orientará girando a la derecha para acceder a la mina. El último tramo se hace caminado unos 700 metros inmersos en un mar de brezos y zarzales para llegar a las instalaciones y a un amplio mirador que desde los 1.000 metros de cota extiende nuestro horizonte a los más recónditos espacios. En la mina podemos ver la residencia del ingeniero jefe de la explotación, el cargadero o realizar una visita de exploración por las profundidades de la galería principal.
Se accede retomando el camino de bajada hacia Arruñada y San Martín.
Fue un yacimiento de oro explotado en la época de los romanos. Desde un mirador podemos ver los restos del gran depósito de aguas de 2.400 m2, el canal de explotación y el propio frente de la explotación siendo un claro ejemplo de aplicación el método de «Ruina Montium» (se trataba de aprovechar el trabajo que realizaba el agua combinado con el calor del fuego parra arrancar y mover grandes cantidades de material entre el que, por decantación, se localizaba el oro).
Se accede por el mismo camino de bajada hacia el pueblo San Martín de Oscos donde accediendo a través de una pista rural.
Esta pequeña explotación situada al borde del camino es el típico ejemplo del modelo de minería más abundante de la comarca. La estratigrafía señalaba una zona de yacimientos rica en mineral, se iniciaba entonces la explotación a cielo abierto hasta que la profundidad de la trinchera obligaba a continuar los trabajos por el interior. Una visita a su galería no conducirá por una rampa al exterior y desde un mirador podremos ver las trincheras generadas y el frente de la explotación.
En San Martín de Oscos, tomaremos rumbo hacia Vilarín de Trasmontes. Una pista forestal nos llevará hasta las proximidades de la mina cerca de un claro, donde dejaremos nuestro vehículo para bajar caminado por el sendero.
Al llegar vislumbramos una escombrera, una edificación de piedra a la derecha de lo que fue forja y la cuadra. A la izquierda, y también e piedra, la tolva donde se basculaban los vagones con la producción. De frente, y situada a un nivel más bajo, vemos la caseta que alberga al antiguo transformador.
En el interior de la mina, la luz artificial nos permitirá dar un paseo por la galería principal, y podremos ver rampas de arrastre, compuertas, un cabrestante de tiro, mineral en el propio yacimiento y más.
Las galerías del a mina Pena Teixeira y alguna de las del a mina Carmina están acondicionadas para ser recorridas, incluso cuentan con un sistema de iluminación, pero por seguridad se aconseja entrar en ellas con linterna. Las galerías de la mina Excomulgada no están acondicionadas para ser recorridas. Además se prohíbe el acceso al interior de las mismas con vehículo.
Os Teixóis constituye uno de los conjuntos etnográficos de mayor interés de Asturias, donde podemos encontrar diversos ingenios hidráulicos recuperados y a disposición de todo aquel que desee visitarlos.
Esquíos es una aldea del concejo de Taramundi habitada durante siglos por familias de ferreiros, como la familia Lombardía, emigrada desde Italia hasta el País Vasco y posteriormente a Asturias.
La casa donde nació Antonio Raimundo Ibáñez, Marqués de Sargadelos (1749-1809) es actualmente un espacio expositivo dedicado a la vida y la obra de este comerciante, industrial e ilustrado, que a fines del siglo XVIII construyó en Sargadelos (Cervo, Lugo) una de las primeras fábricas de fundición de hierro colado y de loza de España.
Museo nacido para dar a conocer la gran variedad de ingenios hidráulicos y de mano que servían para poder moler los cereales, utilizados a lo largo de la historia y en distintos lugares del mundo.
Tradicionalmente, en Santa Eulalia de Oscos, se hicieron navajas desde hace más de un siglo. En la actualidad Jorge (cuchillero) y Keiko (artesana de metal) mantienen esta tradición desarrollando este antiguo oficio al que suman parte de la sabiduría ancestral japonesa.