La ruta arranca en una curva situada entre el puente y la aldea de Sualleiro, justo al lado de los apartamentos que llevan ese mismo nombre. Inaugurada en agosto de 2020, se presenta bien cuidada y correctamente señalizada con flechas pintadas en árboles y piedras.
El primer tramo asciende suavemente por una pista cómoda, flanqueada por un muro de piedra a la derecha, mientras el río discurre en paralelo, unos metros más abajo. Tras esta subida inicial, el camino desciende y nos lleva hasta las ruinas de una antigua cabaña. Poco después, cruzamos un pequeño arroyo, que en épocas secas apenas lleva agua.
A través del arbolado se intuye un pequeño núcleo rural que dejaremos a la derecha tras recorrer un breve tramo de carretera. Giramos entonces a la izquierda para bordear el poblado por el otro lado y, al atravesar sus callejuelas, lo abandonamos ascendiendo por una pequeña cuesta que desemboca en una bifurcación.
Aquí tomamos el sendero de la derecha, en subida. El camino de la izquierda conduce a un pueblo abandonado, al que se puede visitar como desvío, regresando luego al cruce para continuar la ruta principal. La subida, larga y constante, culmina en el pueblo de Ventoso, el punto más elevado del recorrido.
Desde allí seguimos por carretera hasta casi el final del pueblo, donde giramos a la derecha para tomar una pista que bordea plantaciones de arándanos. Iniciamos entonces el descenso: tras salir de nuevo a la carretera, retomamos el sendero por un tramo de bajada, con algún cruce más hasta alcanzar una senda de tierra.
Finalmente, llegamos a la zona del puente. Entre dos casas, giramos a la derecha y, tras unos 50 metros por carretera, regresamos al punto de inicio donde se encuentra el cartel de la ruta, cerrando así este agradable paseo circular.
La ruta está formada por dos tramos circulares con inicio y final en el propio núcleo de Villanueva. El de mayor longitud, de unos 12 km, coincide en parte con la ruta de los bosques.
Descarga la ruta en PDF y KML y sigue el recorrido con tu bicicleta de montaña o BTT. Con diferentes niveles de dificultad, duración, desnivel y longitud. Si no tienes bicicleta puedes alquilarla.
Iniciamos el paseo en la antigua estación de San Tirso de Abres, hoy rehabilitada para vivienda privada, encontrándonos el primero de los seis túneles a escasos 300 m, continuando al lado del río Eo disfrutando en cada momento de estupendas panorámicas del cauce fluvial, de incalculable valor ecológico y piscícola, en el que abundan gran número de especies acuáticas siendo las más características la trucha, la lamprea y el salmón. Posteriormente el camino atraviesa la carretera general N-640 y nos conduce hasta una antigua central eléctrica construida en 1932 situada justo antes de atravesar otro de los túneles horadados en la roca viva, que nos deja próximos a la pasarela peatonal sobre el río Eo.
La Ruta de Os Ferreiros es un recorrido circular que invita a descubrir la esencia de Taramundi a través de su paisaje, su historia y sus oficios tradicionales. Un paseo accesible y lleno de encanto, perfecto para disfrutar de la naturaleza y el patrimonio cultural del concejo.
Comenzamos la ruta en San Martín de Oscos donde podemos ver la Iglesia parroquial, con planta de cruz latina, amplio espacio porticado e inscripción de 1828. A la derecha de la fachada observamos uno de los hórreos más característicos de los Oscos con cubierta mixta (pizarra y paja), que corresponde a los modelos primitivos. Frente a la Iglesia tenemos la casona de los Guzmanes, antigua casa señorial del s. XVIII, que conserva en el pórtico de su entrada principal un escudo labrado en piedra. Cruzamos el puente que atraviesa el río San Martín para iniciar el ascenso al monte Marón, adentrándonos en un pequeño bosque de abedules y robles, que hacen aún más agradable nuestro paseo.
La ruta se inicia en San Cristobal, lugar en el que encontramos numerosas muestras de arquitectura popular en estado puro percibiendo la sensación de haber retrocedido varios siglos en el tiempo. Desde su capilla vemos el valle de Río Ahío cubierto de un hermoso manto de bosque autóctono que nos deslumbra son su colorido típico.
Con su arena dorada y aguas limpias, ofrecen un entorno tranquilo y pintoresco, ideal para relajarse y disfrutar del sol. La playa de Penarronda, en particular, destaca por sus amplios espacios y sus impresionantes formaciones rocosas que emergen al bajar la marea. Estas playas invitan a pasear por sus alrededores y disfrutar de sus vistas espectaculares.
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