La ruta arranca en una curva situada entre el puente y la aldea de Sualleiro, justo al lado de los apartamentos que llevan ese mismo nombre. Inaugurada en agosto de 2020, se presenta bien cuidada y correctamente señalizada con flechas pintadas en árboles y piedras.
El primer tramo asciende suavemente por una pista cómoda, flanqueada por un muro de piedra a la derecha, mientras el río discurre en paralelo, unos metros más abajo. Tras esta subida inicial, el camino desciende y nos lleva hasta las ruinas de una antigua cabaña. Poco después, cruzamos un pequeño arroyo, que en épocas secas apenas lleva agua.
A través del arbolado se intuye un pequeño núcleo rural que dejaremos a la derecha tras recorrer un breve tramo de carretera. Giramos entonces a la izquierda para bordear el poblado por el otro lado y, al atravesar sus callejuelas, lo abandonamos ascendiendo por una pequeña cuesta que desemboca en una bifurcación.
Aquí tomamos el sendero de la derecha, en subida. El camino de la izquierda conduce a un pueblo abandonado, al que se puede visitar como desvío, regresando luego al cruce para continuar la ruta principal. La subida, larga y constante, culmina en el pueblo de Ventoso, el punto más elevado del recorrido.
Desde allí seguimos por carretera hasta casi el final del pueblo, donde giramos a la derecha para tomar una pista que bordea plantaciones de arándanos. Iniciamos entonces el descenso: tras salir de nuevo a la carretera, retomamos el sendero por un tramo de bajada, con algún cruce más hasta alcanzar una senda de tierra.
Finalmente, llegamos a la zona del puente. Entre dos casas, giramos a la derecha y, tras unos 50 metros por carretera, regresamos al punto de inicio donde se encuentra el cartel de la ruta, cerrando así este agradable paseo circular.
L’itinéraire commence à San Martín de Oscos, où l’on peut voir l « église paroissiale, avec un plan en croix latine, un grand espace à portique et une inscription datant de 1828. À droite de la façade se trouve l’un des hórreos les plus caractéristiques des Oscos, avec un toit mixte (ardoise et chaume), qui correspond aux modèles primitifs. En face de l » église se trouve le manoir des Guzmanes, un ancien manoir du XVIIIe siècle qui conserve un blason sculpté dans la pierre sur le portique de son entrée principale. Nous traversons le pont qui enjambe la rivière San Martín pour commencer l’ascension du mont Marón, en pénétrant dans une petite forêt de bouleaux et de chênes, ce qui rend notre promenade encore plus agréable.
Dans le Teixo et juste derrière l’auberge commence le chemin forestier par lequel commence la marche vers l’Alto de Ouroso. Le chemin est large et adapté aux véhicules tout-terrain, de sorte qu’il n’y a guère de risque de se perdre. Il traverse confortablement de vastes pâturages, des landes et des pinèdes pour arriver à un débarcadère sur lequel se trouve une petite lagune où, en milieu de matinée, de nombreux chevaux viennent s’abreuver et se rafraîchir à l’ombre des pins. Les animaux paissent à l’état semi-sauvage et demandent peu d’attention de la part de leurs propriétaires, c’est pourquoi le nombre de chevaux a considérablement augmenté ces dernières années.
Antiguo Camino de Santiago que acogía a los romeros llegados por la Ría del Eo.
L’itinéraire commence sur la place de Sta. Eulalia de Oscos, descend dans la partie basse du village et continue sur un beau sentier entouré de forêts indigènes qui nous mène à Ferreirela de Baxo, un endroit où il vaut la peine de s’arrêter et de visiter le musée de la maison natale du marquis de Sargadelos.
L’itinéraire commence dans le village de Tol. Au carrefour de l’église San Salvador, suivez les indications pour le parking de la zone de Fontequias, à proximité du quartier de Cabaleiros.
L’itinéraire commence dans le village d’A Revoqueira, à trois kilomètres de San Martín.