La ruta está formada por dos tramos circulares con inicio y final en el propio núcleo de Villanueva. El de mayor longitud, de unos 12 km, coincide en parte con la ruta de los bosques.
El itinerario se inicia cerca del Ayuntamiento, por un sendero que sale de la villa hacia el cementerio de la localidad, continuamos hacia la casas de El Río y llegamos a Santa Eufemia, donde podemos hacer un alto para visitar el Ecomuseo del Pan o descansar en el área recreativa. En este punto comienza el ascenso hacia El Vale y Pena Grande a través de un bosque autóctono donde disfrutaremos de la sombra de abedules, roble y acebos. Continuamos hacia las brañas de Lama, Chao de Bureiros y A Folgueirúa disfrutando de las magníficas vistas desde el alto. Descendemos por la ladera de la montaña cruzando los arroyos Morán, Ceilán y el río Vilanova. A punto de llegara este último no podemos dejar de deleitarnos con la contemplación de un magnífico cortín que nos da una idea de la importancia que desde antaño tuvo en la zona la producción de miel y cera. En San Mamed nos recibe un encantador lavadero que nos invita a hacer una parada para recrearnos con los magníficos ejemplos de arquitectura en piedra. Cruzamos la carretera y seguimos avanzando de nuevo por la ladera de la montaña hasta llegar al pueblo de Pacios, cuya espléndida arquitectura también merece nuestra atención, continuamos por el robledal de Pacios hasta salir de nuevo a la carretera, continuamos por la misma hasta Santa Eufemia y de aquí por el camino del cementerio hasta Villanueva. El tramo corto, de unos 2 km, se inicia junto al monasterio de Santa María ascendiendo hasta Ovellariza y descendiendo a través de un bosque autóctono hacia el arroyo Riodepil que cruzamos por una pasarela de madera, continuamos hacía el barrio de Guieiro y descendemos de nuevo hacia Villanueva.
Este proyecto pionero e inédito, pretende impulsar y enriquecer Los Oscos a través de la vertebración artística, ofreciendo una conexión entre artistas, visitantes, naturaleza y tradición. Resaltando la belleza, cultura y tradición de los Oscos. Para ello se ha elegido una ruta circular de 10 Km. Dicha ruta comienza y termina en Santa Eulalia de Oscos.
Empezamos la ruta en la hermosa aldea de Ferreira, una de las mejor conservadas del municipio, donde podemos admirar la arquitectura popular de la zona mientras paseamos por sus estrechos caminos a la sombra de centenarias parras.
Comenzamos la ruta en San Martín de Oscos donde podemos ver la Iglesia parroquial, con planta de cruz latina, amplio espacio porticado e inscripción de 1828. A la derecha de la fachada observamos uno de los hórreos más característicos de los Oscos con cubierta mixta (pizarra y paja), que corresponde a los modelos primitivos. Frente a la Iglesia tenemos la casona de los Guzmanes, antigua casa señorial del s. XVIII, que conserva en el pórtico de su entrada principal un escudo labrado en piedra. Cruzamos el puente que atraviesa el río San Martín para iniciar el ascenso al monte Marón, adentrándonos en un pequeño bosque de abedules y robles, que hacen aún más agradable nuestro paseo.
Antiguo Camino de Santiago que acogía a los romeros llegados por la Ría del Eo.
Escondida entre montañas y bosques del occidente asturiano, la Cascada del Cioyo es uno de esos lugares que parecen sacados de un cuento. El sonido del agua al caer, la vegetación exuberante que la rodea y la paz del entorno hacen de este rincón un destino ideal para quienes buscan conectar con la naturaleza. Una caminata entre árboles, pequeñas cascadas y paisajes que invitan a parar y respirar. Al final del recorrido, la gran cascada del Cioyo se abre paso con fuerza entre la roca, regalando una imagen de belleza salvaje difícil de olvidar.
Iniciamos el paseo en la antigua estación de San Tirso de Abres, hoy rehabilitada para vivienda privada, encontrándonos el primero de los seis túneles a escasos 300 m, continuando al lado del río Eo disfrutando en cada momento de estupendas panorámicas del cauce fluvial, de incalculable valor ecológico y piscícola, en el que abundan gran número de especies acuáticas siendo las más características la trucha, la lamprea y el salmón. Posteriormente el camino atraviesa la carretera general N-640 y nos conduce hasta una antigua central eléctrica construida en 1932 situada justo antes de atravesar otro de los túneles horadados en la roca viva, que nos deja próximos a la pasarela peatonal sobre el río Eo.
Con su arena dorada y aguas limpias, ofrecen un entorno tranquilo y pintoresco, ideal para relajarse y disfrutar del sol. La playa de Penarronda, en particular, destaca por sus amplios espacios y sus impresionantes formaciones rocosas que emergen al bajar la marea. Estas playas invitan a pasear por sus alrededores y disfrutar de sus vistas espectaculares.
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