Iniciamos la ruta en el pueblo de Piorno, que se recomienda recorrer porque conserva excelentes muestras de arquitectura tradicional de los Oscos en piedra, pizarra y madera.
Frente al camino, al otro lado del valle, iremos viendo varias aldeas: primero Arne y Arruñada, luego Villanueva de San Cristóbal y después la Sierra de la Bobia. También podremos observar varios cortines (construcciones de piedra de forma circular, alrededor de las colmenas o trobos para resguardarlas de la fauna).
El paisaje nos sorprenderá con sus contrastes entre lo abrupto y lo suave, con sus sonidos: el río Soutelo, los pájaros,… la abundante vegetación autóctona: helechos, castaños, robles,… y la numerosa fauna: corzos, jabalís, zorros, azores y perdices.
La ruta comienza en Santa Eufemia, poco después de rebasar el Ecomuseo del Pan en dirección a Pacios. Nos adentramos por un pequeño sendero a través de un bosque autóctono poblado por robles, abedules, acebos y castaños.
La ruta arranca en una curva situada entre el puente y la aldea de Sualleiro, justo al lado de los apartamentos que llevan ese mismo nombre. Inaugurada en agosto de 2020, se presenta bien cuidada y correctamente señalizada con flechas pintadas en árboles y piedras.
La ruta comienza en el área recreativa de Pumares; cruzamos la carretera y nos dirigimos paralelos al río hasta Pumares, pueblo de antigua actividad ferreira, en el que todavía podemos observar los restos de un antiguo mazo. Desde aquí, por una senda señalizada, y dejando el río Agüeira a nuestra izquierda continuamos un ligero ascenso adentrándonos en un bosque legendario caracterizado por especies de ribera (alisos, fresnos, sauces, y avellanos) y por robles y castaños que con sus caprichosas formas son verdaderos monumentos.
La ruta se inicia en Piantón, un pueblo con mucho encanto que antaño fue capital del concejo, situado a unos dos kilómetros de Vegadeo en el que recomendamos un paseo por la plaza y una visita a la Iglesia. Cruzamos el llamado Puente Romano y tomamos el camino de la izquierda hacia Arcilo.
Comenzamos la ruta en San Martín de Oscos donde podemos ver la Iglesia parroquial, con planta de cruz latina, amplio espacio porticado e inscripción de 1828. A la derecha de la fachada observamos uno de los hórreos más característicos de los Oscos con cubierta mixta (pizarra y paja), que corresponde a los modelos primitivos. Frente a la Iglesia tenemos la casona de los Guzmanes, antigua casa señorial del s. XVIII, que conserva en el pórtico de su entrada principal un escudo labrado en piedra. Cruzamos el puente que atraviesa el río San Martín para iniciar el ascenso al monte Marón, adentrándonos en un pequeño bosque de abedules y robles, que hacen aún más agradable nuestro paseo.
La senda se inicia a la entrada del pueblo, donde encontraremos un lugar adecuado para dejar el coche. A los pocos metros nos encontraremos con un panel informativo que nos dará una idea general del itinerario.
Con su arena dorada y aguas limpias, ofrecen un entorno tranquilo y pintoresco, ideal para relajarse y disfrutar del sol. La playa de Penarronda, en particular, destaca por sus amplios espacios y sus impresionantes formaciones rocosas que emergen al bajar la marea. Estas playas invitan a pasear por sus alrededores y disfrutar de sus vistas espectaculares.
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