Redacción Oscos-Eo 16.03.2025
En esta tierra que abraza el mar y se abre hacia la montaña, el Camino no es solo un trayecto físico: es un viaje interior, una experiencia espiritual, una lección viva de historia, naturaleza y hospitalidad.
A su paso por Castropol, la ruta costera sorprende al peregrino con la belleza serena de la ría del Eo, el encanto de sus casas solariegas y la calidez de sus gentes. Miradores, caminos arbolados y arquitectura tradicional acompañan los pasos del caminante que busca en cada recodo una señal, una pausa, una emoción.
En Vegadeo, el Camino se adentra hacia el interior, revelando el alma rural y comercial de un concejo que siempre ha sido punto de encuentro y de servicios. Aquí, la villa recibe al peregrino con esa mezcla única de tradición y dinamismo, de espiritualidad y vida cotidiana, que caracteriza a las tierras del occidente asturiano.
Pero si hay un lugar que guarda con especial intensidad el espíritu jacobeo, ese es Abres. En este enclave del concejo de Vegadeo, cada 25 de julio —festividad de Santiago Apóstol— se celebra una jornada muy especial: los peregrinos que cruzan su parroquia y participan de los actos litúrgicos pueden obtener la Indulgencia Plenaria, un privilegio único que nos conecta con siglos de fe, devoción y peregrinación.
Abres, con su iglesia parroquial, su hospitalidad sincera y su tradición acogedora, es un hito espiritual en el Camino. A través de sus caminos, cientos de personas han buscado consuelo, esperanza y propósito. Y hoy, como ayer, sigue siendo un refugio para el alma, un remanso para el cuerpo y una oportunidad para el corazón.
Caminar por esta tierra es mucho más que llegar a Santiago. Es reencontrarse con lo esencial, con el paisaje amable, con la generosidad de los pueblos y con la memoria viva de los que antes que nosotros también caminaron. Es una experiencia que transforma, que une, que fortalece.
Por eso, desde Castropol, Vegadeo y especialmente desde Abres, invitamos a los peregrinos a dejarse llevar por la magia del Camino, a mirar con ojos nuevos cada amanecer, y a sentir que aquí, entre mar y montaña, la fe, la historia y la hospitalidad siguen latiendo con fuerza.
Buen Camino.
Ultreia et Suseia.
Un recorrido por Los Oscos, flamante Pueblo Ejemplar de Asturias 2016, tomando el testigo de San Tirso de Abres y Castropol, que lo fueron con anterioridad.
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